Monday, April 25, 2016
EMOCIONES Y DESCODIFICACIÓN, una luz mas en la oscuridad
Conocemos seguramente a personas que creen en cosas absolutamente increíbles y a personas que no. A personas que creen en verdades “trasnochadas” y a personas que no. Pues bien, existen las personas que no creen o desconocen que una de las grandes causas de las enfermedades son las emociones tóxicas. Es decir, el bien fuera de lugar, lo que solemos llamar “el mal”. La emociones son lo que nos mueven, pero fuera de lugar, nos intoxican, nos enferman y , a veces, son una puerta a la muerte.
Y personas como nosotros, típicas, comunes, que conviven con nosotros todos los días, como nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos o compañeros del trabajo. Estas personas, al igual que nosotros, se toman una aspirina cuando sufren de un dolor de cabeza y van al dentista si les duele una muela. Sin pensar que todo síntoma tiene una causa, un porqué y sobre todo… un para qué.
Culturalmente, estamos invadidos de publicidad televisiva con medicamentos de libre venta para que podamos aliviarnos sin tener que visitar al médico (consulte a su farmacéutico), medicamentos para los hongos en los pies, para la gripe, para la tos, para las arrugas, para las infecciones vaginales, para el acné, para las hemorroides, para la gastritis, para el estrés, para el pensamiento positivo…etc.
¿No será que los medios están volcados en que miremos hacia fuera y perdamos de vista la misión de buscar las causas de nuestro síntoma?. La búsqueda del para qué nos hace mirar hacia delante hacia donde nos lleva un síntoma, una enfermedad, un pensamiento o creencia tóxica. Buscar el porqué nos conlleva al encuentro con la raíz del problema que se proyecto desde el pasado y se implementa en el presente, haciéndonos estar en el aquí y en el ahora, aunque sea desde el punto de vista del dolor, del sufrimiento.
La descodificación es una técnica que nos guía por ese cambio, a mirar hacia dentro, para sanar. Cambiar por completo lo que estemos haciendo, lo que estemos pensando, lo que esté ocurriendo en nuestras vidas (si es que realmente queremos sanar, claro). No hay pastillitas, ni polvos mágicos, solo compromiso. Se trata de un trabajo personal al 100%.
¿Por qué necesitamos que sea un enfermedad grave para actuar y cambiar?. Pues de la misma manera que la humanidad resuelve las cosas, cuando ya vemos el abismo, cuando es si ó si.
Es más accesible una enfermedad grave que un resfriado. Y es que muchas veces es nuestro trabajo, nuestro jefe, nuestro compañero, nuestra pareja, nuestra propia familia es lo que nos está haciendo sufrir, enfermando, y,,sin embargo, no actuamos, no nos vamos, no nos alejamos. Preferimos continuar haciendo lo mismo y de la misma forma y eso de ninguna manera nos sana. Tenemos unos férreos pensamientos de continuidad y de vida “modélica” esculpidas a fuego en nuestro sistema de creencias.
Es cierto que hay casos en los que la solución es ajena a nosotros, está en hacer un duelo por algún familiar del árbol porque se descubre que el conflicto es transgeneracional, es decir, heredado del aprendizaje de generaciones anteriories, sí. Pero en muchísimas enfermedades, la causa está en nuestra forma de vida, nuestro carácter, nuestra rutina, nuestras creencias y nuestras actitudes. Y si uno no está dispuesto a soltar, a alejarse, a dejar, a cambiar, la sanación se aleja como un barco que sabemos que tenemos que coger.
Alguien comentó una vez que sabía que la causa de su enfermedad era vivir con su pareja y que no sabía cómo solucionarlo con descodificación. Ya se había trabajado con su árbol, ya había hecho sus duelos, ya había finalizado la cuarentena y seguía igual.
Se contestó con una metáfora: Tus manos se están quemando, vienes y dices que te estás quemando, que te duele, que no ves lo que es, que no saber qué hacer, se analiza tu caso y descubres que traes un carbón ardiendo en las manos y te decimos que traes un carbón ardiendo en las manos, ¿y todavía preguntas lo que debes hacer?.
Bien, suéltalo. Así de simple”
Hay personas que ,a veces, y según qué circunstancias ,simplemente dicen: “no puedo”. Y contra esas circunstancias, no hay nada qué hacer. Es una decisión personal, cada uno es libre de vivir en el sufrimiento o vivir en la alegría
“El día que decidas dejar de sufrir, dejarás de sufrir” (UCDM)
Thursday, April 21, 2016
Masaru Emoto: Experimento del arroz y nuestro niño interior
Este vídeo se explica por si solo, aunque esta en portugués, se deja bastante claro que sucede con los niños que nos rodean. Una pregunta, ante las conclusiones que nos da este interesante experimento, ¿que sucede con la falta de atención hacia nuestro niño interior? Cada uno tiene su respuesta, es para hacérselo mirar, saquemos nuestras conclusiones.
Wednesday, April 13, 2016
DETRÁS DE CADA NIÑO DIFÍCIL HAY UNA EMOCIÓN QUE NO SABE EXPRESAR
extraido de: http://consejosdelconejo.com/2016/04/13/detras-nino-dificil-una-emocion-no-sabe-expresar/

Son muchos los padres y las madres que se quejan de que su niño es muy difícil, que siempre le ronda una emoción cargada de rabia que desahoga de forma inapropiada. Con rabietas, malas palabras o con sutiles actos de desobediencia.
Hemos de tener claro que ningún niño es igual a otro, y que ninguno de nosotros podemos saber tampoco qué tipo de necesidades pueden tener esas criaturas que acabamos de traer al mundo y para las cuales, deseamos todo lo mejor. Los niños difíciles suelen a su vez generar muchas veces un nivel de estrés muy elevado en los padres, rozando en algunos casos la indefensión. No es un tema sencillo de abordar, y de hecho, no siempre nos valen los libros, ni si quiera la experiencia que tengamos con otro de nuestros hijos o las recomendaciones de algunos padres.
Tu hijo, el niño difícil, es único, especial e irrepetible. Y si hay algo que necesitan siempre es comprensión. La mayoría de las veces son niños con altas demandas encerrados en sus “palacios internos”, en espacios herméticos donde no encuentran puertas mediante las cuales, expresar esa emoción contenida. Esa necesidad. Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello.
Los niños difíciles y la emoción contenida
Pongamos un ejemplo. Piensa en ese niño que ha tenido un mal día en el colegio, llega a casa y cuando sus padres le preguntan qué ha ocurrido, éste responde de mala manera. Ante esto, los padres deciden castigarlo en su habitación toda la tarde. ¿Qué hemos ganado con esto? ¿Hemos solucionado el problema? En absoluto.
Si el niño difícil nos pone muros, no levantes nuevas ciudadelas a su alrededor, no lo aisles, no lo descuides, no lo dejes solo. Todos tenemos claro que el proceso para llegar hasta ellos es complejo, no obstante, debes tener en cuenta estos aspectos previos:
- Un niño difícil no siempre es consecuencia de una mala crianza. No debes culpabilizar a nadie.
- Hay niños con altas demandas que piden muchísimo más que el resto, es su personalidad, su forma de ser y ello no quiere decir que nosotros, como padres, hayamos hecho algo mal.
- Un niño que demanda y no recibe lo que busca o que no sabe expresarlo, acaba frustrándose. Son muchas las veces que ellos mismos se ven sobrecargados por un sinfín de emociones: esa rabia que a oscila con tristeza, otras con hastío, a veces con enfados.
- Los niños difíciles requieren un mayor nivel de atención, comprensión, apoyo e incluso creatividad por parte de los padres.
Debemos ser artífices de sus mundos, unos mundos seguros donde se sientan cómodos para expresar esa emoción contenida que les permita conocerse, desahogarse, sentirse más libres y seguros para avanzar por cada uno de los escenarios que definen al niño a lo largo de su ciclo vital.
Como ayudar al niño difícil a canalizar sus emociones
Ya sabemos que el niño difícil demanda ante todo nuestra atención y cada una de las estrategias que podamos darle de forma creativa, para atender sus necesidades. Para ayudarle a gestionar todo ese mundo emocional que en ocasiones lo desborda y lo bloquea.
Toma nota de qué pasos deberíamos seguir para educar a los niños difíciles en este campo, en esa dimensión donde canalizar, donde dar forma y expresar esa emoción contenida.
Si al poder del refuerzo positivo
Si a un niño difícil le recriminamos sus errores, si lo infravaloramos, o lo reprendemos por sus reacciones, generaremos aún más rabia y más ansiedad. Recuerda siempre que este tipo de niños, en el fondo, son muy frágiles y disponen de una baja autoestima.
- Usa verbalizaciones tan simples como: “yo confío en ti”, “yo sé que vas a poder con esto”, “yo sé que eres especial”, “yo sé que eres un niño valiente y por eso te quiero”…
Una palabra positiva genera una emoción positiva, y una emoción positiva genera confianza.
Sí a la comunicación que no juzga, que no compara ni sentencia
Hay padres y madres que cometen el error de comparar al niño difícil con sus hermanos, o con otros niños. No es lo adecuado. Al igual que es un error iniciar un diálogo que ya implica determinadas sentencias: “como, tú eres vago, tú nunca escuchas, tu siempre te portas mal…” Evita este tipo de comunicación y sigue siempre estas pautas:
- No sondees, no interrogues. Descubre cuál es el momento en que el niño se siente más cómodo para hablar.
- Dale confianza, cercanía y comprensión. Cuida mucho el tono de tu voz, es algo básico para conectar con los niños.
- La comunicación debe ser diaria y continuada.
- Nunca te rías o ironices de lo que te digan tus hijos. Para ellos es importante, y si encuentran esa falta de empatía por tu parte evitarán sincerarse contigo.
Sí a propiciar un equilibrio interno en el niño
- Enséñale que cada emoción puede trasformarse en una palabra, que la rabia tiene forma, que la tristeza se puede compartir para aliviarla, que llorar no es malo y que tú siempre estarás ahí para escucharles.
- Enséñale a respirar, a relajarse, a canalizar sus emociones a través de determinadas actividades con las que desahogarse y distraerse.
- Enséñale a aceptar la frustración a que el mundo no puede ser siempre como ellos quieren.
- Enséñales a escuchar y a hablar con asertividad. Diles que su voz siempre va a ser escuchada, que todo lo que diga es importante para ti.
- Enséñales a tener responsabilidades, a valerse por sí mismos en cada paso y decisión que dan.
La emoción bloqueada es una espina rodeada por un muro de piedras. Si levantamos más muros la espina quedará aún más escondida, así pues, el primer paso será ir retirando cada piedra de esa pared a través de la comunicación y el afecto.
La emoción es la fuente de energía humana, es la llave que debe guiar a los niños, primero para entenderse a sí mismos, y para después, entender al mundo.
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